Stéphanie Frappart hará historia en el futbol. Se convertirá en la primera mujer de la historia en arbitrar un partido de Copa del Mundo varonil, cuando dirija las acciones del decisivo partido del Grupo E entre Alemania y Costa Rica. La francesa estará acompaña en el campo por la ruandesa Salima Mukasanga y la japonesa Yoshimi Yamashita. Mientras que la mexicana Karen Díaz, la brasileña Neiza Back y la estadounidense Kathryn Nesbitt conformarán el equipo de asistentes.
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El nombramiento de Frappart como la primera árbitra central de la historia para un Mundial varonil se enmarca en un contexto especial: esta Copa del Mundo de Qatar se lleva a cabo en un país que reprime sistemáticamente los derechos de las mujeres. Hasta el momento, Frappart había sido cuarta árbitra en los partidos entre México y Polonia, y el de Portugal y Ghana. En ese cargo también se han desempeñado Salima Mukansanga, de Ruanda, en el Francia-Australia; y la japonesa Yoshimi Yamashita, que estuvo en cuatro partidos de la fase inicial: Bélgica-Canadá, Inglaterra-Estados Unidos, Bélgica-Marruecos y Gales-Inglaterra.
Paso a Paso Frappart
El partido que tendrá Frappart a su cargo es clave para dirimir los últimos pasajes a la fase de Octavos de Final. Alemania y Costa Rica, con uno y tres puntos respectivamente, llegan con la obligación de ganar si quieren permanecer en el Mundial. Y Frappart, internacional desde 2011, ya tiene experiencia en partidos de gran expectación. En 2018, llevó el duelo entre España y Japón por el título del Mundo Femenil sub-20. Y un año después estuvo en la final del Mundial Femenil entre Estados Unidos y Países Bajos.
También en 2019, ya fue parte de otro acontecimiento sin precedentes: fue la primera árbitra en dirigir un partido de final varonil (Supercopa de Europa entre Liverpool y Chelsea). Aquel compromiso estuvo repleto de acción. En los tiempos extras, la árbitra señaló un penal de Adrián, portero del Liverpool, sobre Tammy Abraham y jamás cedió ante los reclamos del portero español, que alegaba no haber hecho contacto con su rival. Al final, la decisión fue tan certera (el VAR la ratificó de inmediato) que ni siquiera ameritó que Frappart fuera a hacer la revisión.
Otro momento de tensión se dio cuando Sadio Mané, figura de los Reds, le reclamó a la árbitra por una presunta mano de Christensen en el área del Chelsea, pero ella no hizo caso y dejó que las acciones continuaran. Al final, su participación y la de sus colegas, Manuela Nicolosi y Michelle O’Neill, fue impecable en un partido de máxima exigencia.
Paso a paso, se ha convertido en una árbitra de referencia a nivel mundial. «Comencé como jugadora, comencé jugando en una división, y después quería conocer las reglas del juego, estaba interesada solo en eso, y comencé a tomar algunos cursos. A veces preguntaban (los motivos para ser jueza) porque querían saber y comentar la decisión. Intenté explicarles, pero a veces es bastante difícil de entender. No pensé en derribar barreras ni en hacer historia, solo en hacer mi trabajo y solo en eso», contó Frappart a CNN en una entrevista de 2019.
Klopp sobre Stéphanie
Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, se expresó así del trabajo de Frappart en la rueda de prensa posterior al partido de Supercopa de 2019: «Les dije (a mis futbolistas) que si hubiéramos jugado como ellas dirigieron el partido habríamos ganado 6-0. Estuvieron muy bien, cuando tenían mucha presión en un momento histórico. tuvieron calma e hicieron lo que tenían que hacer. No podría tener más respeto por Stéphanie Frappart».
Después de aquello, los grandes hitos no acabaron para ella. Todo lo contrario. En 2020, arbitró el partido de Champions League entre la Juventus y el Dinamo de Kiev. Y un año más tarde, en la Eurocopa de 2021, fue asistente del cotejo inaugural entre Italia y Turquía. Ahora, en Qatar 2022, ha llegado la oportunidad más grande de su carrera.