Latinoamérica ha tenido un impacto fundamental en el crecimiento del béisbol a nivel mundial a lo largo de los años, los jugadores destacados en la historia que han nacido por estos lados son incontables.
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Pero como en todo trayecto, hay uno que marca el camino al resto y ese fue Roberto Clemente, nacido en Puerto Rico por allá en 1934, hizo su debut en las mayores en el 55.
Jugó 18 temporadas, bateo exactamente 3000 inatrapables y fue el primer latinoamericano en ser exaltado al salón de la fama, labró el camino de todo el resto que tiene su sitio en el templo de los inmortales.
Eso fue, un día como hoy hace ya 50 años, solo unos meses después de su trágico fallecimiento.
Para hablar de su legado, se necesitarian horas y horas de transcripción, así que por ahora nos quedaremos con 4 títulos de bateo, 1 jugador más valioso, 15 juegos de estrellas, 12 guantes de oro, 2 campeonatos de Serie Mundial. Sin embargo, lo suyo va mucho más allá, por todo lo que hizo fuera de los terrenos de juego.
Se estableció un premio con su nombre para honrar el aporte de jugadores con acciones destacadas en el deporte y la comunidad.
