La ex número 1 del mundo y campeona de 23 Grand Slam, Serena Williams, tuvo su primera gran prueba de fuego en Roland Garros para saber cómo están su tenis y su físico. La australiana Ashley Barty fue quien le puso dicha prueba en la cancha central, ya que la llevo al límite.
La menor de las hermanas Williams, que en su estreno en el torneo no tuvo resistencia y gano en dos sets ante Kristyna Pliskova, ahora ante la australiana tuvo que remontar un set. Lo hizo entre otras cosas con un saque de 183 kilómetros por hora.
Serena de 36 años de edad y que regreso al circuito tras su maternidad ha regresado para igualar y superar el record de 24 Grand Slam de Margaret Court, saco su experiencia y todo su talento para adaptarse a la tierra que le ha visto ganar en Paris en tres ocasiones y cerrar el partido con un marcador de 3-6, 6-3 y 6-4.
Su próximo encuentro será el sábado ante Julia Goerges, quien es la undécima favorita. En caso de victoria podría cruzarse ante Maria Sharapova en la que será una cuarta ronda muy atractiva por el morbo que trae dicho duelo.