La Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) ha organizado su disciplina de tal manera que todos los que practican fútbol en algún momento han soñado con verse vinculados al máximo órgano rector como competidor, o simple espectador.
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Así sea que usted lo juegue en forma recreativa aspira a ir algún día a una Copa Mundial del Fútbol. Eso es tan poderoso, que hasta los que no son fanáticos tradicionales se suman a la gran cantidad de personas que por todo el mundo dan seguimiento al evento.
Por eso todos aceptan las reglas impuestas por la FIFA, sobre todo cuando te favorecen, cuando te suman valor, porque cuando no es así y desde allí señalan faltas, se les acusa hasta de intervencionistas apelando a la soberanía que debe tener cada país.
Recientemente las redes sociales de los fanáticos que siguen la Liga Dominicana de Fútbol se encendieron con una visita inesperada en un partido celebrado en San Cristóbal.
El equipo local invitó al expresidente Hipólito Mejía a realizar el saque inicial y en su comitiva estaba el ingeniero Osiris Guzmán, a quien todos recordamos, primero porque fue presidente de la Federación Dominicana de Fútbol (FEDOFUTBOL) muchos años, y luego como una persona vetada por la FIFA de participar en actividades de esa disciplina.
La situación fue bastante incómoda para todos los presentes, incluso para los anfitriones, pues no lo esperaban.
Hasta donde conocemos, el ingeniero Guzmán no estuvo invitado al juego, pero su gran amigo y allegado político lo llevó, algo que para mí responde a esa estrecha relación entre ambos que en un momento el propio fútbol le sacó mucho provecho.
Es cierto que el expresidente de FEDOFUTBOL no puede participar en actividades oficiales porque estamos bajo la sombrilla de la FIFA, pero debemos tener claro que no fue invitado oficialmente y que no participó directamente de la actividad.
Entendemos que debe ser muy difícil para él desconectarse por completo de la actividad a la que le entregó toda una vida, pero de igual manera creemos que hasta que termine su sanción debe tener la sensatez necesaria para conocer sus límites y no hacer daño al fútbol dominicano, pero sobre todo a esa liga que nació bajo su gestión.
Por: Frank Camilo
