Por: Frank Camilo
La Liga Dominicana de Fútbol (LDF) tomó un giro diferente desde que comenzó a
usarse el terreno donde Jarabacoa FC juega como local, hoy conocido como
Estadio Oscar “Junior” Mejía en honor a un portero retirado.
Para muchos el ex arquero es el mejor producto de este deporte nacido y
desarrollado en tierra dominicana. Logró hazañas increíbles como por ejemplo
marcar tres goles siendo portero del Atlético Marte en El Salvador.
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Además participó en D.C. United de la MLS en USA, Atlante de México y Joe Public
en Trinidad y Tobago, entre otros equipos profesionales. Fue reconocido muchas
veces como el futbolista dominicano del año.
El nombre al estadio fue establecido por la sala capitular del Ayuntamiento en
Jarabacoa, municipio donde nació.
Esta semana vemos con asombro que el Senado de la Republica Dominicana
publicó en redes sociales que para el mismo estadio se aprobó en primera lectura
el nombre del sacerdote salesiano Joaquín Soler.
El Padre Soler es reconocido por la comunidad como un gran propulsor del
balompié en Jarabacoa. De hecho muchos le dan todo el crédito a la organización
que perteneció de llevar el fútbol a la montaña.
Definitivamente esto es un problema que aunque parezca agradable, puesto que
ambas intenciones quieren honrar, no lo es. Peor aún, nos pone a pensar que el
origen de las diferencias tiene raíces políticas.
Ambos proponentes son nacidos allí, pero con intereses pintados de colores
diferentes que solo en 1996 se unificaron efímeramente. Edwin Mejía, diputado
del Partido de la Liberación Dominicana propone el nombre del ex jugador,
mientras que Rogelio Genao senador del Partido Reformista Social Cristiano,
propone el del sacerdote.
Desde fuera quisiera pensar que la política no tiene que ver con esto, pero no
puedo.
¿Quién tiene más autoridad entre el Ayuntamiento Municipal de Jarabacoa y el
Senado de la Republica que meses después de iniciar su uso aprueba el nombre
del Padre Soler?
Como en mi país todo se politiza, una pena, entonces quiero recordar que la
construcción de ese estadio se debe a una promesa del presidente Luis Abinader,
es decir que hay fondos públicos incluidos y que al final debemos apelar a crear
conciencia buscando la conclusión más conveniente para el fútbol y para
Jarabacoa, dejando a un lado los intereses políticos.
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