Una ovación como se escuchó en el día de entrenamiento de los jugadores en el club Augusta National solo suele escucharse el domingo cuando se define al campeón del Masters. Pero esa misma ovación había resonado el lunes y fue tan fuerte que se escuchó hasta la casa club.

Algunos presentes se preguntaban el motivo aunque todos a ciencia cierta lo sabían, Tiger Woods había regresado al Masters.

Woods comenzó un recorrido de práctica junto con Justin Thomas y Fred Couples justo antes de las 3 de la tarde, cuando miles de fanáticos se dirigían a la salida. Miles más se arremolinaron en torno del tee y a lo largo del primer fairway para seguir el avance de Woods hacia el hoyo dos.

Algunos corrieron hacia el tercer hoyo para mirar desde ahí. La mayoría rodeo el segundo Green y fue responsable por el ruido cuando Woods emboco.

Evidentemente este es el Masters que ha causado más expectación en los últimos años, y Woods es el motivo. No juega en el Augusta National desde el 2015, y mostro durante los torneos de la PGA en Florida que está en condiciones por pelear el título y de ponerse por quinta vez el saco verde.

El año pasado, Woods visitó el Augusta National sólo para participar en la Cena de Campeones, y no se divirtió mucho. Por si no bastara el dolor que lo atenazaba en el lumbago, Woods sufrió al mirar el campo que adora y al saber que no podía jugar en el major al que ha calificado como el paraíso de los golfistas.

Woods no gana en el Masters desde el 2005, y cuando parecía que podría nunca más volver este año buscara hacerlo por todo lo alto.