Mi padre solía decirme, hay que tener mucha cuenta antes de decir o hacer las cosas, porque una vez hechas, los siguientes pasos deben ser una continuación de lo que hicimos, de lo contrario, no hubo coherencia en lo absoluto. Al principio lo puse en dudas, pero con el pasar del tiempo he descubierto que mi padre tenía razón.
Hago esta introducción, para plantearles el caso del tenista Novak Djokovic, quien aunque es de los mejores tres tenistas de la historia (siendo conservador), no ha sido muy coherente en sus acciones con respecto al Covid-19 y la vacuna.
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Por ejemplo: Novak Djokovic adquirió el mes pasado el 80% del accionariado de «QuantBioRes», una empresa danesa que tiene como objetivo desarrollar un tratamiento médico contra el Covid-19. Este gesto de Djokovic está muy bien, es algo digno de admirar, sin embargo, no quiere vacunarse.
Ahora bien, mirando la situación en su justa dimensión, lo primero que hay que hacer es dar crédito a Djokovic por interesarse en intentar ayudar a contrarrestar el Covid-19, quien a fin de cuentas es el enemigo común del mundo, ese gesto se celebra, se admira y se aplaude, pero si tanto le preocupa a Djokovic que el virus cese ¿Por qué no se une a los miles de personas que se han vacunado y la dosis le ha sido eficaz? Esa es la parte que no entiendo Djokovic.
Según he escuchado, parece ser algo de convicción, y según he leído, la razón por la cual no se vacuna no es porque crea que es peligrosa, sino porque entiende que todo el mundo tiene derecho a hacer lo que crea, y simplemente, no quiere vacunarse. Djokovic, por favor, un poco más de coherencia.
Y esto no parece ser algo de capricho. Djokovic prefirió ser deportado de Australia y perderse uno de los abiertos de tenis más importantes del mundo, con tal de no cambiar su percepción sobre la vacuna. Incluso, dijo hace unos días a BBC que si él precio de no vacunarse es no participar en otros abiertos importantes, está dispuesto a pagarlos, increíble…
Djokovic es el mejor tenista de la actualidad, y top 3 histórico, eso nadie se lo va a quitar, pero creo que un día debería venir a mi casa y echar un hablaito con mi papá, a ver si le dice: «Djokovic, un poco más de coherencia».
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Por: Fabian Polanco
