Lewis Hamilton que a falta de dos carreras se proclamó campeón del mundo de la fórmula uno por cuarta ocasión, su tercera con la escudería Mercedes, afronta los dos últimos premios del calendario con una vibra diferente y de disfrute tras asegurar el título en el gran premio de Estados Unidos y con una posible renovación en camino.

El nombre del piloto británico en uno de los muchos nombres que aparecen en los famosos Paradise Papers, una investigación realizada por varios medios internacionales sobre las compañías offshore y de evasión de impuestos. En el caso del piloto de Mercedes es por la compra de un avión privado.

Hamilton habría evitado pagar el impuesto de su jet privado, valorado en 22 millones de euros a través de este tipo de compañías ubicadas en zonas fiscalmente libre.

En concreto su famoso jet rojo pertenecería a Islas Vírgenes, subarrendado a otra compañía de la isla, y después a su vez a otra de Guernsey, todas propiedades del británico, que habría evitado el pago a no ser el propietario el sino una compañía exenta del pago de impuestos. Según fuentes el valor que trato de evitar Hamilton es de 3.7 millones de euros.

Sus abogados aseguran que Es perfectamente legal elegir el arrendamiento en lugar de la compra para reducir el impuesto. El objetivo principal es obtener una ventaja fiscal.