HOUSTON .– Con sobrada razón, mucho se ha hablado sobre los batazos heroicos de José Altuve en postemporada, incluido el del viernes en el Juego 5 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana por los Astros contra los Rangers. Por supuesto, Altuve no es el único bateador de peso en Houston como parte de esta época de oro de los Siderales, que buscan alcanzar su cuarta Serie Mundial consecutiva en campañas completas de Grandes Ligas desde el 2019 (obviando la versión recortada del 2020).
En aquel 2019, Yordan Álvarez – adquirido por los Astros desde los Dodgers en un “robo” de cambio por el relevista Josh Fields tres años antes – llegó con bombos y platillos y no ha dejado de batear desde entonces. El toletero cubano ha sido un cañón de cañones en playoffs/Serie Mundial también, dando jonrón crucial tras jonrón crucial en las últimas tres postemporadas.
En los playoffs del 2023, el oriundo de Las Tunas encabeza a los Astros en las tres categorías de la línea de bateo (promedio, porcentaje de embasarse y slugging) con .417/.450/.972 en 36 visitas al plato. También es líder del equipo en cuadrangulares con seis, empujadas con 13 y OPS con 1.422.
En otras palabras, Álvarez — quien tiene OPS de por vida de .919 en postemporada desde su año de novato en el 2019 — se ha crecido en octubre/noviembre, ayudando a los Astros a ganar tres banderines (con un cuarto en la mira) en ese trecho.
¿Aumenta o cambia algo Álvarez cuando llegan las luces de la postemporada?
“En verdad, no”, dijo el toletero al tocar el tema. “Yo voy al home plate a tratar de buscar un buen lanzamiento que pueda conectar. Si está en la zona, le voy a conectar. Ése es el plan que siempre tengo”.
Como bateador zurdo, Álvarez también es letal ante los lanzadores de su misma mano. En 17 turnos frente a los zurdos en estos playoffs, lleva nueve hits, incluyendo dos de sus bambinazos y siete de sus impulsadas, con línea de .529/.500/.882.
Con eso en mente, el dirigente de los Astros, Dusty Baker, jamás tiene que moverlo en la alineación si lanza un zurdo, ni mucho menos sentarlo.
“Le tenemos una tremenda confianza”, dijo Baker acerca de Álvarez. “Él confía en sí mismo. No hace payasadas y no se exhibe de una manera ruidosa. No hace otra cosa que producir”.
Limitado a 114 juegos en la temporada regular por las lesiones, Álvarez de cualquier manera disparó 37 vuelacercas con OPS de .990 y OPS+ de 170, antes de volver a ser un terror para el pitcheo contrario de los Mellizos y los Rangers, respectivamente, en los playoffs.
Con los Astros arriba 3-2 sobre los Rangers en la Serie de Campeonato de la Liga Americana y a ley de un triunfo de llegar a su tercera Serie Mundial en forma consecutiva, Álvarez reflexionó sobre sus éxitos en postemporada.
“Pienso que el único cambio es ganar un poco más de experiencia en la situación de playoffs”, expresó Álvarez sobre su enfoque en esta época del año. “Es la mentalidad de tratar de buscar un buen lanzamiento que pueda conectar, a hacer daño. Ésa es la mentalidad que siempre tengo”.
Y claro, también tiene en la mente ganar un segundo anillo consecutivo con los Astros.
“Sí, obviamente hay solamente un objetivo y hay una sola opción, que es ganar”, dijo. “Eso es lo único que queda”.