Shohei Ohtani volvió a subir al montículo el lunes por la noche en Dodger Stadium, demostrando que sigue sin dejar de sorprender. La estrella de los Dodgers vivió un regreso muy emotivo y prometedor, aunque aún bajo un manejo de cargas, tras aquel paso por el quirófano que lo mantuvo sin lanzar en 2024.
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En esta salida, Ohtani lanzó 28 envíos incluyendo una recta que rompió la barrera de las 100 millas por hora y toleró una carrera y dos imparables en el primer episodio frente a los Padres de San Diego. Aun así, salió de algunos aprietos, forzando dos rodados para evitar un daño mayor.
Este regreso fue más que un simple paso hacia la normalidad; fue un golpe de autoridad que deja en evidencia que el japonés sigue muy vigente tanto en el box como en el bate. Como bateador designado, Ohtani se fue de 2-4, impulsó dos carreras y sigue aumentando sus números, liderando la Liga Nacional en jonrones (25), carreras anotadas (73) y OPS (1.039).
“Definitivamente estaba un poco más nervioso que cuando solo bateo”, afirmó Ohtani, reconociendo que el regreso fue más emocional que físico. Aun así, el japonés se sintió satisfecho con el resultado, considerando que fue un paso importante hacia una eventual vuelta a la rotación.
De cara a lo que sigue, Ohtani tiene como propósito aparecer en el montículo una vez por semana, aumentando gradualmente el número de lanzamientos, sin dejar de ser una pieza clave en el orden al bate de los Dodgers. Esto permitirá que el bullpen pueda tomar un respiro, considerando que el equipo atraviesa una ola de lesiones en el picheo.
Este regreso deja una ilusión enorme para los Dodgers, que están más que dispuestos a dejar que Ohtani termine de encontrar el ritmo en el montículo, sin dejar de llevar el peso de la ofensiva en el medio del lineup.
