La música apagada y el tono sombrío dentro del clubhouse de los Pirates el domingo por la tarde lo decían todo. Ganaron un juego y una serie con su victoria por 1-0 contra los Medias Blancas de Chicago en el PNC Park, pero la historia más grande fue lo que perdieron después de que Oneil Cruz, sufriera una fractura en el tobillo izquierdo.
Mientras los jugadores de los Piratas se bañaban, vestían y regresaban a casa para pasar la noche, el sentimiento de frustración era palpable.
“Soy muy cercano a él”, dijo Carlos Santana. «Duele.»
“Es un duro golpe para nuestro equipo”, agregó Andrew McCutchen.
“Todos sentimos el dolor”, dijo el mejor amigo de Cruz, Rodolfo Castro, a través del entrenador de Grandes Ligas, Stephen Morales.
La lesión de Cruz incluyó varias capas, desde la incómoda colisión en el plato con Seby Zavala hasta lo indignados que se pusieron los Piratas después por la conducta del receptor de los Medias Blancas, cuando inexplicablemente le gritó a Cruz claramente lesionado.
El tiro al plato del tercera base de los White Sox, Yoan Moncada, fue alto. Si Cruz tenía suficiente carril para deslizarse podría ser una cuestión de perspectiva.
Cuando Cruz comenzó a retorcerse de evidente dolor en el suelo, Zavala gritó algo en su dirección.
Santana, un líder veterano y mentor de Cruz, cargó contra el receptor de los White Sox, empujando a Zavala con su mano izquierda antes de que Johan Oviedo y el manager Derek Shelton los separaran. Tanto las bancas como los bullpens se vaciaron.
No se lanzaron puños, pero hubo muchos gritos y empujones durante toda la prueba. Mientras tanto, el asistente del entrenador atlético de las Grandes Ligas, Tony Leo, se hizo cargo de Cruz. El campocorto de 6 pies 7 pulgadas hizo una mueca de dolor cuando Leo tocó la parte exterior de su pierna izquierda, a medio camino entre la rodilla y el tobillo.
Eventualmente, Cruz fue ayudado a salir del campo por el fisioterapeuta Seth Steinhauer y Leo por un segundo antes de que el entrenador de banca Don Kelly intercambiara lugares con Leo. Lo que irritó a los Piratas fue que Zavala no se relajó después de que ocurrió la lesión.
“Todo es rápido”, repitió Santana. “Lo que no me gusta es que [Zavala] le gritó a [Cruz] cuando se lastimó. Tuve que apoyar a mi compañero de equipo”.
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Oviedo, quien ponchó a cinco y no dio boletos en 6⅔ entradas en blanco, jugó contra Zavala en las ligas menores y no le gusta cómo aborda el juego. Tampoco le gustó que Zavala le gritara a Cruz.
“Siempre está ladrando”, dijo Oviedo. “¿Ves a un hombre caído, no puede moverse, tiene dolor, y todas las preocupaciones [de Zavala] son [quejarse] de lo que pasó? Enojó a todos. … Santana se puso en el medio. Estaba defendiendo a Cruz. [Zavala] siguió adelante. Fue como, ‘Hermano, solo relájate. Hay un hombre en el suelo. Con suerte, aprenderá algún día”.
Por extraño que parezca, la escena puede haber enseñado a los Piratas un poco sobre sí mismos. No sería sorprendente ver a Cruz perderse varios meses debido a esto, lo que obviamente apesta para él personalmente y también para la ofensiva de los Pirates.
Pero nadie debe dudar del lugar de Santana en este clubhouse. Gran movimiento de veteranos. Los Piratas también se mantuvieron unidos como equipo, luchando por un objetivo común, por muy frustrante que haya sido. El truco ahora, por supuesto, será encontrar incluso una representación razonable de la producción de Cruz.
“Cuando entramos, Santana nos decía: ‘Tenemos que cuidarnos las espaldas’”, dijo Hayes. “Especialmente si están ladrando y diciendo algo, con tu chico herido en el suelo, tienes que hacer algo. Un tipo como él estaba en cubierta, era el lugar correcto, el momento correcto, algo bueno”.
Después de batear .233 con 17 jonrones en 87 juegos de la MLB en 2022, Cruz había comenzado a mostrar una mejora notable con su disciplina en el plato. También extendió su racha en base, que se remonta a la temporada pasada, a 19 juegos, solo detrás de Aaron Judge y Shohei Ohtani.
