La lesión de Tyrese Haliburton, estrella de los Indiana Pacers, en el arranque del séptimo y decisivo partido de las Finales de la NBA 2025 ante los Oklahoma City Thunder, dejó al descubierto una doble realidad que sacude al baloncesto de élite: las lesiones graves siguen golpeando con alarmante frecuencia, y hay un número que, por más simbólico que parezca, se ha teñido de tragedia: el dorsal 0.
- Recomendamos leer: Scherzer regresará contra los Guardianes el miércoles
Haliburton se unió a Damian Lillard y Jayson Tatum en una inquietante lista: los tres sufrieron roturas del tendón de Aquiles en plena postemporada. Los tres comparten el talento, la influencia en sus equipos… y el mismo número en la espalda.
El momento del colapso
Corría el minuto siete del primer cuarto en el Paycom Center cuando Haliburton intentó una aceleración explosiva frente a Shai Gilgeous-Alexander. En plena penetración, se desplomó tras sentir una detonación interna en su pierna derecha. El golpe con el puño contra el parquet fue el primer grito de dolor. La mirada de sus compañeros lo confirmó: algo grave había ocurrido.
Pese a que ya venía arrastrando molestias en el gemelo izquierdo, Haliburton decidió jugar el partido más importante de su vida. Pero su cuerpo no aguantó. Salió escoltado por el cuerpo técnico entre gestos de angustia. Horas más tarde, el diagnóstico oficial confirmaba lo temido: rotura completa del tendón de Aquiles. El tiempo estimado de recuperación oscila entre 9 y 12 meses. Un final devastador para una campaña histórica en Indiana.
No es un caso aislado
El caso de Haliburton es apenas el más reciente. En la primera ronda, Damian Lillard, figura de los Milwaukee Bucks, sufrió la misma lesión también ante los Pacers. Una acción de rutina, un arranque desde el drible, terminó con el base sentado en el suelo, sin poder apoyar el pie derecho.
Semanas después, Jayson Tatum, líder indiscutible de los Boston Celtics, cayó en pleno duelo ante los Knicks en el Madison Square Garden. Fue operado al día siguiente. Tres nombres, tres referentes de la liga… y tres tendones de Aquiles rotos en una misma postemporada.
¿Maldición o coincidencia?
Los tres jugadores comparten el dorsal 0, un número que durante años representó resiliencia, humildad y origen desde la nada. Hoy, ese símbolo parece estar envuelto en una especie de maldición. Mientras Lillard, con 34 años, podía considerarse más propenso por edad y desgaste, Tatum (27) y Haliburton (24) se encuentran en plena plenitud física. Aún así, cayeron por la misma lesión.
La NBA y un problema mayor
Pese a los esfuerzos de la NBA por reducir la carga física —como la eliminación de partidos en noches consecutivas (back-to-backs) y mejoras en los calendarios de viaje—, los datos revelan que los jugadores actuales están más tiempo en pista y bajo mayor presión competitiva que hace una década.
El ritmo actual de la liga, más rápido, más físico y más exigente emocionalmente, está cobrando un precio muy alto. Lo que antes era una dolencia propia de veteranos, como en el caso de Kobe Bryant en 2013, ahora afecta a estrellas jóvenes en su mejor momento.
Las lesiones de Aquiles no son cualquier cosa: suelen comprometer el futuro atlético del jugador, afectando su explosividad, movilidad y, en muchos casos, cambiando para siempre sus carreras.
Una pregunta incómoda
Esta postemporada ha cerrado con una inquietud creciente entre jugadores, entrenadores y aficionados: ¿puede la NBA seguir exigiendo tanto sin consecuencias físicas graves?
La tragedia de Haliburton en el Juego 7 recuerda al doloroso episodio de Kevin Durant en las Finales de 2019. Pero en este 2025, no fue uno… fueron tres. Y todos con el número 0 en la espalda.